Stalin: padrino del segundo casamiento del sionismo *

20.03.2024

Roberto Fanjul y Gabriel Zadunaisky.

La delegación de la Unión Soviética no puede dejar de expresar su espanto por la posición que los países árabes adoptaron en la cuestión palestina; todos nos quedamos sorprendidos (sic) de ver a esos Estados, o por lo menos a algunos de ellos, recurrir a las armas y entregarse a operaciones militares con el fin de reprimir al movimiento de liberación nacional que nace en Palestina."(72) Así hablaba Andrei Gromyko, delegado de Stalin, en la sesión del 12 de mayo de 1948 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. La URSS no sólo se había unido a los EE.UU. para legalizar la situación colonial en Palestina; también habría de enviar armas y aviones a los sionistas por intermedio de Checoslovaquia. Además, la URSS fue la primera potencia que reconoció a Israel, lo hizo incluso antes que los EE.UU.

Claro que este "certificado de movimiento de liberación nacional" que le firmaba Stalin al sionismo lo único que "certificaba" era la completa degradación de la burocracia soviética. Era una traición más en la larga lista estalinista.

Ya hemos señalado la opinión de Lenin y Trotsky a los comienzos de la aventura sionista en Palestina. Veinticinco años después, los hechos habían confirmado plenamente el carácter colonialista y proimperialista del sionismo. Pero esto era lo de menos para la burocracia soviética. Lo único que le importaba era la partida de ajedrez diplomático que se jugaba a tres puntas entre los EE.UU., la URSS e Inglaterra.

Sobre la burocracia soviética recae igual responsabilidad que sobre los EE.UU. en lo que respecta a la creación del Estado colonial y racista de Israel, igual responsabilidad en la negación de los derechos democráticos y nacionales del pueblo palestino.

El apoyo de la URSS al colonialismo sionista trajo consecuencias mucho más graves que las armas y los aviones que le enviara en 1948 para masacrar a los árabes. Significó —por un lado— el aislamiento de los palestinos de las masas trabajadoras de afuera del mundo árabe. Los estalinistas, unidos a los socialdemócratas, fueron quienes desparramaron en todo el mundo la mentira de un Israel "progresista" combatiendo contra las "hordas feudales". Si esta mentira hubiera quedado a cargo exclusivo del señor Ben Gurión y de su nuevo consorte, el gobierno yanqui a pocos hubiera convencido. Pero los partidos comunistas y socialdemócratas la tomaron a su cargo, volcaron toda su autoridad y el peso de sus aparatos para hacérsela tragar a millones de trabajadores, estudiantes e intelectuales de izquierda. Igual que los sionistas, se aprovecharon del horror del mundo ante la barbarie nazi y la matanza de 6.000.000 de judíos para ocultar que los sionistas en Palestina venían practicando el mismo racismo contra los nativos y con métodos similares.

Por otro lado, la traición estalinista enlodaba al socialismo y al marxismo ante los ojos de las masas árabes. De ese modo, las hacía presa fácil de las manipulaciones de los elementos más reaccionarios —como los de la Hermandad Musulmana, por ejemplo—, o las abandonaba en manos de los Faruk y los Abdullah.


La Cuarta Internacional fue la única tendencia de izquierda antisionista


Mientras el estalinismo y la socialdemocracia apoyaban fervorosamente al sionismo y la creación de Israel, los trotskistas planteaban: "¡Abajo la partición de Palestina! ¡Por una Palestina árabe, unida e independiente, con plenos derechos de minoría nacional para la comunidad judía! ¡Abajo la intervención imperialista en Palestina! ¡Fuera del país todas las tropas extranjeras, los 'mediadores' y 'observadores' de las Naciones Unidas! ¡Por el derecho de masas árabes a disponer de ellas mismas! ¡Por la elección de una asamblea constituyente con sufragio universal y secreto! ¡Por la revolución agraria!"(73) Y el Grupo Trotskista Palestino señalaba que el imperialismo yanqui "… ha ganado un agente directo: la burguesía sionista quien, por este hecho, se ha tornado completamente dependiente del capital americano y de la política americana. De aquí en más, el imperialismo yanqui tendrá una justificación para intervenir militarmente en el Levante cada vez que lo crea conveniente… la consecuencia inevitable de esta guerra será la dependencia total del sionismo al imperialismo norteamericano".


Notas:



72 Citado por Moshe Sneh, "Sair do círculo vicioso do odio", en Dossier…, ob. cit., pág. 672.
73 Quatriéme Internationale, junio 1948, pág. 30.
74 Ibíd., págs. 31 y 32.
* Esto es un fragmento del folleto: "Palestina, historia de una colonización", de Roberto Fanjul y Gabriel Zadunaisky.

* Esto es un fragmento del folleto: "Palestina, historia de una colonización", de Roberto Fanjul y Gabriel Zadunaisky.

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